domingo, 27 de mayo de 2018
PROHIBIDO LEER A LEWIS CARROLL: RESUMEN, Y TODO LO QUE NECESITA SABER.
Prohibido leer a Lewis Carroll, es una
literatura juvenil realizada por el escritor Diego Arboleda e ilustrada por Raúl
Sagospe que tiene como desarrollo invitar a los niños a divertirse mientras
aprenden a desarrollar su mente manteniendo fijas las metas que se proponen en
esta pequeña edad.
Resumen, Prohibido leer a Lewis Carroll
Diego Arboleda escritor de esta
literatura aventurera junto a su acompañante ilustrador Raúl Sagospe es quien
le da vida y color a los personajes de esta fantástica obra titulada Prohibido
leer a Lewis Carroll, llevan a los niños a un aprendizaje divertido que
recordaran con facilidad, logrando que les guste la literatura desde muy
temprana edad utilizando la agilidad que tienen para imaginar.
Eugéne Chignon es una joven francesa que viaja a Nueva York para encargarse de
enseñar y educar a Alice, que es una fanática desde su forma de vestir hasta la
manera de jugar por los alrededores de su casa buscando el conejo blanco del
libro de ”Alicia en el país de las maravillas”, Eugéne llevará la ardua tarea
sobre Alice, ya que sus padres temen lo peor que pueda hacer su hija.
Consiste en evitar que la niña Alice,
sepa que la inspiración de Lewis Carroll para hacer el personaje de Alicia, una
señora ya muy adulta de 83 años de nombre Alice Liddel se encuentra en su
ciudad siendo invitada especial de la Universidad de Columbia, no sabrían como
reaccionaria su hija al saber tal noticia ya que la niña sería capaz de hacer
lo posible por estar presente en ese lugar.
El temor de sus padres conociendo la
personalidad de su hija Alice, puede que logre arruinar el evento que han
organizado el Comité de Excelencia de la Universidad de Columbia para la señora
Alice Liddel, desde ese instante comienza la diversión, curiosidades y la
casualidad sin sentido, disfrutando de las ocurrencias y situaciones
disparatadas que encontraremos en esta obra.
Personajes de Prohibido leer a
Lewis Carroll
Principales:
Eugéne Chignon: es una institutriz, joven
formada, osada aunque son muy buenos aspectos juntos, su mayor virtud realmente
es hacer desastres donde sea que toque, termina por decidir arriesgando su
trabajo confesando la verdad sobre la noticia que mas le encantaría escuchar a
la pequeña Alice que es sobre la obra de Lewis Carroll.

Alice: es
una niña que supera la inteligencia de sus padres, los señores Welrush, la niña
se percata de manera rápida que su institutriz sabe en su totalidad sobre Lewis
Carroll. Ella adora a su tío Timothy, aunque es muy glotón, es una muy buena
persona, convirtiéndose en su acompañante fiel ante la imaginación y adoración
que tiene la niña por ”Alicia en el país de las maravillas”.

Secundarios:
Baptiste Travagant: es un hombre multimillonario, que Eugéne conoce en el barco,
llevándolas a un grandioso museo natural de Nueva York, por medio de este
hombre, la institutriz, el tío Timothy y Alice acceden sigilosamente al
grandioso evento que ocurre en la Universidad de Columbia.

Timothy Stilt: un hombre de contextura delgada y muy ágil, es el tío de Alice,
esta hambriento la mayoría del tiempo, se extravió viajando al Oriente casi
pierde la vida durante su juventud. Quiere mucho a su sobrina Alice pero no
soporta al padre de la niña.

Peter Davies: joven servidor del señor Travagant, ayuda de igual forma a la
institutriz, el tío Timothy y Alice a entrar al acto, el cuenta que en su niñez
fue la inspiración del novelista James Matthew Barrie, para escribir Peter Pan.

Los señores Welrush: la señora siempre esta de mal genio y se mantiene molesta, no
muestra absolutamente nada de cariño a su hija Alice, su única prioridad es su
colección de porcelanas. El señor es de muy baja estatura y aspecto horrendo,
lo único que lo preocupa es lo que digan los demás, también desprecia al tío de
Alice, en conclusión un matrimonio insoportable.

viernes, 25 de mayo de 2018
LAS HOJAS DE LOS ÁRBOLES
Cada clase de árbol tiene una hoja de forma diferente. Podemos reconocer la mayoría de los
árboles por la hoja que tienen. Las hojas son casi siempre verdes, pero a veces otro color, por
ejemplo el rojo, cubre el verde. La sustancia verde que encontramos en las hojas se denomina
clorofila.
Las hojas fabrican alimentos para el árbol. Para poder fabricarlos necesitan el agua y las sales
minerales que las raíces han sacado de la tierra y que son transportadas por medio de tubitos
hacia las venas de las hojas.
Las hojas necesitan también sol y un gas del aire que se llama dióxido de carbono. La clorofila
verde que se encuentra en las hojas utiliza los rayos del sol para transformar el agua, el dióxido
de carbono y las sales minerales en alimento. La mayoría de los árboles no crecen bien a la
sombra porque no hay bastante sol para que las plantas fabriquen el alimento que necesitan.
Muchos árboles pierden las hojas en invierno. Estos árboles se llaman deciduos o de hoja
caduca. Unos cuantos ejemplos son: el roble, el fresno, el haya, el manzano… En primavera a
los árboles deciduos les salen nuevas hojas.
Algunos árboles no pierden las hojas en invierno. Se llaman árboles de hoja perenne. Entre
ellos está el pino, la encina, el laurel… No todas las hojas de un árbol de hoja perenne duran
siempre, van cayendo a lo largo del año para renovarse. Si os fijáis en el suelo de debajo de
uno de estos árboles veréis las hojas que han caído.
T. Jennings, Els arbres. Ed. Cruïlla
1. Relaciona cada idea con el párrafo en que aparece:
a) El sol es necesario para la vida del árbol. Párrafo ...
b) Las hojas de los árboles son diferentes. Párrafo ...
c) Las hojas fabrican alimentos. Párrafo ...
d) Los árboles de hoja caduca pierden sus hojas en invierno. Párrafo...
e) La clorofila es verde y está en las hojas. Párrafo ...
f) Los árboles de hoja perenne conservan sus hojas. Párrafo ...
2. Completa el siguiente resumen con las informaciones del texto:
Las hojas de los árboles tienen La clorofila es ...
La clorofila utiliza el sol ...
Los árboles de hoja caduca pierden ...
Los de hoja perenne se renuevan ...
3. Responde con tus palabras a las siguientes preguntas:
a) ¿Cuál es la función de las hojas de los árboles?
b) ¿Y la de las raíces?
c) ¿Qué le ocurre al árbol si no hay bastante sol?
d) ¿Cómo llegan los nutrientes de la tierra a las hojas?
4. Clasifica los siguientes árboles según el tipo de hoja que tienen: roble, pino, encina, fresno, haya, laurel, manzano.
5. Explica cómo se alimentan los árboles.
T. Jennings, Els arbres. Ed. Cruïlla
1. Relaciona cada idea con el párrafo en que aparece:
a) El sol es necesario para la vida del árbol. Párrafo ...
b) Las hojas de los árboles son diferentes. Párrafo ...
c) Las hojas fabrican alimentos. Párrafo ...
d) Los árboles de hoja caduca pierden sus hojas en invierno. Párrafo...
e) La clorofila es verde y está en las hojas. Párrafo ...
f) Los árboles de hoja perenne conservan sus hojas. Párrafo ...
2. Completa el siguiente resumen con las informaciones del texto:
Las hojas de los árboles tienen La clorofila es ...
La clorofila utiliza el sol ...
Los árboles de hoja caduca pierden ...
Los de hoja perenne se renuevan ...
3. Responde con tus palabras a las siguientes preguntas:
a) ¿Cuál es la función de las hojas de los árboles?
b) ¿Y la de las raíces?
c) ¿Qué le ocurre al árbol si no hay bastante sol?
d) ¿Cómo llegan los nutrientes de la tierra a las hojas?
4. Clasifica los siguientes árboles según el tipo de hoja que tienen: roble, pino, encina, fresno, haya, laurel, manzano.
5. Explica cómo se alimentan los árboles.
II CAPITULO: MADEMOISELLE CHIGNON, INSTITUTRIZ
2. Mademoiselle Chignon,
institutriz
Por extraño que resulte, ese anuncio aparecido en el periódico a quien ilusionó más no fue a mademoiselle Chignon, sino a la aristocracia de la comarca donde vivía Eugéne, Les Arcs, entre cuyos nobles la posibilidad de que aquella joven consiguiera un buen trabajo en Nueva York provocó una inesperada y unánime alegría. Aquella mañana, cuando descubrió el anuncio durante el desayuno, la marquesa de Puntilliste apretó entusiasmada el periódico contra su pecho, sin importarle que la tinta aún fresca pudiera manchar su collar de perlas ni su vestido. 17 En su biblioteca, el conde de Abôlengue lo leyó con cada uno de sus siete monóculos, incluyendo el monóculo dorado que tan solo utilizaba para leer su árbol genealógico. El barón de Àdroite lo ensartó personalmente con uno de sus floretes, honor reservado durante siglos solo a su familia rival, los Àgauche. Cuando se enteró, el barón de Àgauche, lejos de enfadarse, hizo enmarcar el anuncio y lo colgó en el salón de retratos familiar. Y, sin duda, hasta el siempre serio vizconde de Analphabète se hubiera entusiasmado también con el anuncio, de haber sabido leer. Esta fue la eufórica reacción que produjo la lectura del periódico aquella mañana entre la mayoría de aristócratas de Les Arcs. Pero ¿por qué se alegraron tanto estos distinguidos nobles? 18 La culpa de que un pequeño anuncio en un periódico de provincias tuviera el poder de desencadenar semejante entusiasmo entre marqueses, condes y barones se encontraba repartida, a partes iguales, entre: a) Nuestra joven protagonista, Eugéne Chignon y... b) La cláusula xiii del testamento del noble más importante de la región, el difunto duque de Les Arcs. Eugéne era la hija del mayordomo del duque de Les Arcs, e hizo compañía al anciano aristócrata durante los últimos años de su vida, cuando a este ya nadie acudía a visitarle y se encontraba, además de ciego y medio sordo, casi siempre solo. Eugéne, a pesar de ser una niña, dedicó mucho tiempo a cuidar del duque. El señor de Les Arcs la recompensó proporcionándole una buena educación y, lo que fue aún mejor, incluyendo una cláusula en su testamento, la cláusula xiii, en la que exigía a todos los nobles de su comarca que consiguieran empleo a Eugéne como institutriz de los hijos de las mejores familias. En principio la cláusula xiii no parecía ofrecer mayores problemas. De hecho, cuando los nobles la conocieron, no les pareció mala idea que aquella joven bien educada instruyera a sus hijos. Sin embargo, cuando monsieur Chignon, el padre de Eugéne, supo de esa última voluntad del duque, no pudo evitar soltar una sonora carcajada. 19 de todas sus profesoras de música, normalmente después de que estas entonaran un agudo ¡ay! sostenido. Más tarde, con las clases de baile, se descubriría la especialidad de Eugéne, el efecto dominó. Si Eugéne hacía tropezar a su profesor, su profesor no se limitaba a caer al suelo, sino que, mala suerte, se chocaba con una de las criadas quien, mala suerte, llevaba una sopera, sopera que, mala suerte, podía caer por la escalera hacia la entrada principal, justo en el momento en el que el cartero decía: «Buenos días». Y la sopa y la casa entera respondían: —Mala suerte. 21 Durante el año que siguió a la muerte del duque, Eugéne Chignon sirvió como institutriz en las residencias de los diversos nobles. En todas las casas conquistó a los niños, y en todas también enfadó a los padres. En la mansión de la marquesa de Puntilliste, donde estuvo tres meses enseñando idiomas a sus hijos, entre otros desastres volcó noventa y tres veces la taza de té: tres veces sobre sí misma, diez veces sobre diez carísimos vestidos de la marquesa, y las restantes ochenta, sobre Nube, el caniche blanco de la señora de Puntilliste. Eugéne y la marquesa descubrieron con sorpresa que el pelo de caniche se puede teñir de forma permanente con té, descubrimiento que tuvo dos consecuencias: Nube pasó a llamarse Mechas y Eugéne fue expulsada de la mansión. Ese trabajo en la casa de la marquesa fue solo el primero de los que tuvo durante aquel año, siempre con resultados catastróficos. Apartó una escalera que estorbaba en la biblioteca heráldica del conde de Abôlengue, sin percatarse de que el propio conde se hallaba en lo alto de la misma consultando en un grueso tomo quién fue 22 la hermana pequeña de la primera esposa de su tatarabuelo, asunto que las últimas noches no le dejaba apenas dormir. Monóculo, conde y tomo cayeron desde lo alto, y en ese orden. Descubrió el pasillo secreto desde el que el barón de Àgauche espiaba a su eterno rival, el barón de Àdroite. El pasillo terminaba en el salón de retratos de los Àdroite, concretamente detrás de un cuadro que tenía los ojos perforados. Eugéne resbaló justo cuando espiaba, y su cabeza atravesó el cuadro, ofendiendo en un solo movimiento a los dos barones enemigos. Àgauche se enfadó al ver su secreto pasillo de espionaje descubierto. Y Àdroite estalló en cólera por la aparición de la sorprendida cabeza pelirroja de Eugéne donde debería estar la cabeza del Gran Senescal, el pariente Àdroite más prestigioso, quien además era la segunda vez que perdía la cabeza (la primera vez fue durante la Revolución Francesa). En casa del estricto vizconde de Analphabète tan solo estuvo un día, y curiosamente, no rompió nada. Pero con el pequeño heredero 23 del vizconde hizo algo que contravenía la norma más sagrada de la casa Analphabète: intentó ense- ñarle a leer. Por eso, cuando los aristócratas vieron en ese anuncio la posibilidad de librarse de Eugéne sin contradecir la cláusula xiii del testamento del duque, dieron saltos de alegría. Eso sucedió esa mañana de abril de 1932, en la que una marquesa, un conde y dos barones acudieron a casa de mademoiselle Chignon para enseñarle el anuncio. Eugéne cogió el periódico, leyó el anuncio y lo primero que hizo fue, como hemos dicho, parpadear asombrada. —¿Nueva York?
I CAPITULO: PARPADEOS
1. Parpadeos
Todo el mundo sabe lo que es parpadear: abrir y cerrar repetidamente los párpados. Cuando decimos que todo el mundo lo sabe, no es solo una forma de hablar, no es como decir todos mis amigos o toda mi ciudad. Todo el mundo es todo el mundo, porque todas las personas de todo el planeta Tierra parpadean. Y todos lo hacen igual. Siempre ha sido así. Durante la historia de la humanidad han cambiado muchas cosas: la forma de vestir, la forma de divertirse, la forma de construir y la forma de destruir. Pero la forma de parpadear, no. Parpadead un par de veces. ¿Ya? Pues igual que vosotros lo habéis hecho se parpadeaba hace mil años, o hace cien. Y, lo que más nos interesa para esta historia, hoy en día nosotros parpadeamos igual que se parpadeaba en el año 1932. En 1932 sucedieron un puñado de grandes cosas y, como todos los años, miles de pellizcos de 14 cosas pequeñas. La mayoría de la gente asume que las cosas pequeñas no suelen aparecer en el perió- dico y las grandes sí. Pero eso no es del todo cierto. Todos los días los periódicos publican multitud de anuncios, noticias y artículos que nadie o casi nadie lee. Aparentemente no tienen importancia, pero se publican porque para alguien, en algún sitio, ese pequeño texto puede tener el mayor interés. Aquel año los diarios recogieron noticias importantes, como la celebración de los juegos olímpicos o el primer intento de Adolf Hitler de hacerse con el poder en Alemania. Ambos son sucesos importantes, sí, pero para esta historia, no. Para esta historia interesa un escueto anuncio aparecido en la esquina de la penúltima página de L’Herald des Arcs, un periódico de provincias francés. El 10 de abril de 1932, una marquesa, un conde y dos barones se presentaron en la casa de la jovencita Eugéne Chignon y le insistieron en que leyera ese anuncio. Aunque, como hemos dicho, todos los parpadeos se parecen, no siempre se parpadea por la misma causa. Se puede parpadear porque se nos ha metido algo en el ojo, porque nos da una luz muy brillante, por pena, por alegría, por ilusión o por asombro. 15 En este caso, la primera vez que mademoiselle Chignon leyó el anuncio en aquel diario francés parpadeó asombrada.
domingo, 20 de mayo de 2018
AUTORES
Diego Arboleda
Diego Arboleda nació en Estocolmo, Suecia, en 1976, y unos años después se licenció en Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha trabajado en una de las librerías más grandes de esta ciudad. Ganó en dos ocasiones el Premio de Cuentos Ilustrados Ciudad de Badajoz junto a la ilustradora Eugenia Ábalos, y en 2012 obtuvo el Premio Lazarillo de creación literaria por su obra Prohibido leer a Lewis Carroll,libro con el que ganaría el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2014. En colaboración con el ilustrador Raúl Sagospe, además de Prohibido leer a Lewis Carroll, también ha publicado Mil millones de tuberías, Aventuras en espiral, Papeles arrugados y Los descazadores de especies perdidas.

Raúl Sagospe
Raúl Sagospe nació en Vicálvaro, España, en 1974. Unos años después se licenció en Geografía e Historia en la Universidad de Alcalá de Henares. También cursó estudios de Ilustración en la escuela de Arte Nº10 de Madrid. Nunca los acabó, y actualmente trabaja como Técnico de Marketing.
TRABAJANDO JUNTOS

RESEÑA
Este libro narra la historia de Eugéne Chignon, una joven institutriz francesa que en 1932 viaja hasta Nueva York para cuidar de una niña, Alice, cuya desatada pasión por el mundo creado por Lewis Carroll ha provocado que sus padres le prohíban leer sus libros.
La primera misión de Eugéne será evitar que Alice se entere de que Alice Liddell, la auténtica Alicia que inspiró a Lewis Carroll, ahora con ochenta años, va a visitar la ciudad para recibir un homenaje.
Eugéne Chignon comprobará que las extrañas casualidades, los personajes extravagantes y las situaciones absurdas no son solo patrimonio del País de las Maravillas, sino que se encuentran a menudo en nuestro mundo y especialmente en esa casa.
La comedia disparatada y los datos históricos (reales y a pesar de eso aún más disparatados) tienen cabida en esta novela, en la que el sinsentido, ese nonsense tan emblemático de Carroll, acaba teniendo mucho sentido.

Un bloc creado para facilitar las interacciones entre la familia y colegio, puesto que junto con los estudiantes formamos la Comunidad Educativa. Por tanto, para favorecer el fruto de dichas interacciones y los múltiples aprendizajes de los niños y niñas del 6to grado conseguiremos con ello el éxito escolar.
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