lunes, 27 de junio de 2016

25 de septiembre de 1513: Vasco Núñez de Balboa descubre el océano Pacífico
En la mañana del 25 de septiembre de 1513, Vasco Núñez de Balboa, desde los altos de la cordillera del río Chucunaque, en el actual Panamá, avista asombrado un mar desconocido al que llamará Mar del Sur debido a la orientación de esa parte de la costa, en el entorno del hoy llamado golfo de San Miguel.
En la mañana del 25 de septiembre de 1513, Vasco Núñez de Balboa, desde los altos de la cordillera del río Chucunaque, en el actual Panamá, avista asombrado un mar desconocido al que llamará Mar del Sur debido a la orientación de esa parte de la costa, en el entorno del hoy llamado golfo de San Miguel.
La sorpresa es descomunal pues no era imaginable la estrechez de esa parte del mundo. Testigos de su alborozo, sus 66 hombres, entre ellos el luego famoso Francisco Pizarro, suben a la cima, rezan un Te Deum con el obispo Quevedo, levantan pirámides de piedra y tallan cruces en los árboles para conmemorar el descubrimiento. Ante ellos se abre otro desafío, un nuevo Plus Ultra que no es de tierra y que posteriormente Magallanes denominará para siempre Océano Pacifico.
Los españoles debieron intuir que protagonizaban el hecho más importante desde la llegada de Colón a América veinte años antes pues, además de abrir nuevas vías a sus ansias personales, permitió ir completando la visión del nuevo mundo que estaban revelando.
El conquistador y su perro
Núñez de Balboa había nacido en Jerez de los Caballeros, Badajoz, en 1475. Durante su juventud fue paje de Pedro de Puertocarrero, señor de Moguer, que le animó a ir a América e incorporarse en 1501 a la expedición de Rodrigo de Bastidas por las costas de la actual Colombia.
Después estableció una granja en Salvatierra de la Sabana –en la isla de La Española-, que no funcionó y tuvo que huir de sus acreedores. En 1510 se embarcó como polizón, escondido en un barril con su inseparable perro Leoncico, en un navío al mando del bachiller Enciso que partió en socorro de la guarnición de San Sebastián de Urabá, precario asentamiento español en la costa caribeña de Panamá con medio centenar de hombres al mando del joven Francisco Pizarro, que estaba siendo asediado por los indígenas. Su situación llegó a ser tan desesperada que Pizarro había decidido abandonarlo con los escasos hombres que le quedaban pero, al llegar, Balboa sugirió establecer un poblado más seguro en el interior en la región de Darién, fundando Santa María la Antigua, primera instalación permanente en la tierra firme americana.
Balboa, apoyado por el virrey Diego de Colón, fue nombrado en 1511 gobernador interino de Darién y para consolidar su puesto, prosiguió la expansión por el territorio del actual Panamá, combinando los combates con una política contemporizadora con los caciques indígenas, que fueron aportándole valiosas prebendas y apoyos materiales y humanos en su labor colonizadora.
En busca de otro Plus Ultra
En este contexto, en 1513 Chucunaque, hijo mayor del cacique Congre, le habló de un extenso mar que había hacia el sur y con abundancia de oro en sus proximidades. Balboa, conociendo las denuncias que habían hecho contra él en España y la creciente pérdida de poder de su protector Diego de Colón, recibió muy bien la noticia porque los nuevos y valiosos descubrimientos que esperaba hacer podrían demostrar en la metrópoli la competencia de su labor.
El 1 de septiembre Balboa, en busca del nuevo mar, partió desde Santa María con un millar de hombres, de ellos 190 españoles, y una agresiva jauría de perros. La estación de lluvias complicó la marcha a través de bosques impenetrables y cenagosos llenos de mosquitos lo que, unido a los combates con los nativos, le causará numerosas bajas.

Al final, el contingente, reducido a los 67 hombres que constan en el documento redactado por el escribano Valderrábano, pudo contemplar el océano en la mañana del 25 de septiembre y tras otros cuatro días de marcha pisar sus aguas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario